La mala alimentación en los deportistas universitarios ha disparado una alarma social, desde hace años en los colegios de primaria y secundaria, se disparó la regulación de alimentos promoviendo la mejora de hábitos alimentarios y el consumo de agua, esta regulación no aplica a la universidades afectando así a los jóvenes estudiantes y principalmente a los estudiantes deportistas, el consumo elevado de alimentos altos en calorías y bajo en nutrientes afecta en su rendimiento deportivo.
Este tipo de comida basura está elaborado con una cantidad elevada de grasas saturadas, conservantes, compuestos químicos, aditivos...
La facilidad de venta de estos alimentos en cafeterías y locales cercanos a las universidades hace mas accesible su consumo, son alimentos muy apetecibles por su aspecto brillante y su olor apetecible, además, la falta de tiempo en los atletas para prepararse sus comidas debido a sus entrenamientos, trabajos y proyectos escolares tienden a consumir este tipo de productos. La gran variedad de los productos que venden como bocadillos, hamburguesas, porciones de pizza, sándwiches... y el bajo coste de los productos incita aún más en su compra.
Este tipo de comida basura tiene una relación directa con las lesiones musculares, afecta a la digestión, perturba los ciclos de recuperación y descanso de los atletas.
Es importante que las universidades se preocupen más por la alimentación de sus deportistas, para sacar el máximo rendimiento de ellos, aunque habría que hacer una reflexión personal por parte de cada uno de los estudiantes por intentar llevar unas pautas en los horarios y sacar tiempo para preparar sus comidas aportándoles las suficientes calorías necesarias para su día a día mejorando así en su deporte y en su rendimientos académico.
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