Para empezar quiero recalcar que no partimos de una situación de sobrepeso ni de obesidad, porque en ese caso, es normal ese sentimiento de miedo a ganar más peso. Ni tampoco partimos de alguna situación de estrés que nos haga comer más y por tanto coger peso y miedo a seguir engordando o de algún trastorno de la conducta alimentaria.
Partimos de un ámbito deportivo. Una persona que ha llevado un gran proceso de pérdida de grasa. Ajustando casi al milímetro sus calorías y su déficit calórico, su actividad física diaria, su NEAT (gasto no proveniente del ejercicio) para poder alcanzar el objetivo deseado y verse bien consigo mismo.
Lo difícil en este punto es mantenerse. Un mantenimiento a porcentajes de grasa tan bajos es prácticamente insostenible, y si se quiere avanzar, es la hora de volver a la etapa de volumen con un superávit calórico. Aquí empieza el miedo.
El miedo a taparse o a dejar atrás el esplendor que hemos conseguido con la etapa de pérdida de grasa. Sin embargo, es lo más inteligente. Tiene todo el sentido del mundo y ventajas. Cuando estás en porcentajes tan bajos de grasa el rendimiento deportivo baja, puedes lesionarte con más facilidad, tu cuerpo no recibe los nutrientes suficientes y entra en modo supervivencia, se pueden desajustar algunas hormonas. En definitiva, es peligroso bajar a un porcentaje de grasa tan bajo y por tanto, tras haber alcanzado nuestro objetivo, toca volver a subir de peso y a llevar a cabo una nutrición con un superávit progresivo para poder avanzar.
Si todo esto se lleva a cabo de una forma correcta, a parte de estar más saludables por comer más, podremos alcanzar un objetivo y una versión física de nosotros mismos mejor a la anterior, ya que hemos ganado masa muscular y nos veremos mejor.
Esto es todo por hoy!!!! Que tengáis un buen día!!
Fuente: ''The muscle and strength pyramid (nutrition)''
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