Las proteínas son conformaciones de aminoácidos que van a formar parte de la gran mayoría de las estructuras que componen nuestro cuerpo ademas de ayudarnos a regular nuestro organismo y participar en numerosos procesos de transporte, defensa, identificación y un largo etcétera.
Últimamente está habiendo un auge en el temor a su consumo debido al desconocimiento. Es cierto que en España tenemos el hábito de consumir una cantidad de proteínas por encima de la recomendada, al igual que las grasas, pero queremos recalcar que aunque se tiene que seguir haciendo un esfuerzo para adherirse a las recomendaciones nutricionales, no se debe dejar de lado su consumo, ya que cumplen funciones vitales en nuestro organismo y a tanto la población general como sobretodo la deportista va a beneficiar incluirlas en una dieta equilibrada:
- Reducen el apetito: debido a su lenta digestión activan la sensación de saciedad y reducen la ansiedad.
- Intervienen en la preservación y recuperación del músculo: sobretodo en deportistas esto va a ser crucial ya que debido al desgaste muscular de las sesiones de entrenamiento el músculo va a demandar proteínas para reparar sus estructuras. La disponibilidad de proteínas también va a ser importante en evitar la atrofia muscular debido al paso de los años.
- Ayudan a evitar la diabetes y controlar los niveles de azúcar en sangre: al mezclarse en el estómago con los carbohidratos de una comida actúan de forma que la absorción de los mismos sea más lenta y progresiva, evitando niveles muy altos de insulina y reduciendo la posibilidad de que se produzca una resistencia a la misma.
- Mejora la salud de los huesos y previenen el riesgo de osteoporosis: la mayor parte del hueso está formado por proteínas. Van a favorecer su formación y crecimiento, así como la absorción de calcio y fósforo entre otros.
- Intervienen en la formación de hormonas de forma que van a ser vitales para mantener un equilibrio endocrino y de las funciones básicas del organismo.
Aprovecho este post para reforzar la importancia de la proteína, especialmente, en las personas de edad (a no ser que esté contraindicada por alguna condición concomitante) ya que en ellas la tasa de síntesis, la concentración de albúmina y la proteína corporal total están reducidas. En su caso, y de acuerdo con la Sociedad Española de Geriatría, se recomienda una ingesta proteica que cubra sus necesidades aumentadas y equilibrio entre la proteína de origen animal (alta calidad) con la de origen vegetal (menos rica en aminoácidos esenciales).
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