martes, 6 de febrero de 2018

La báscula

A diario, muchas personas suben un escalón por las mañanas que influye de manera importante en su estado de ánimo. Este escalón nos alegra y nos deprime a partes iguales, depende de cómo tenga el día, ¿no es así…?

La báscula es un instrumento de medida útil si se utiliza como complemento a otras medidas, si no, nos da una información bastante escasa. El peso corporal varía mucho a lo largo del día; por eso siempre nos pesamos desnudos, en ayunas y, si es posible, después de pasar por el baño.

Pero si yo quiero pesar 65 kg… ¿por qué no me puedo fiar de la báscula?

El peso de nuestro cuerpo es el resultado de la suma de todo lo que nos compone; pero no todos esos componentes tienen la misma densidad o el mismo consumo energético para su mantenimiento, otros están sólo presentes en momentos puntuales...

El peso nos da toda esta información, pero sin ordenar; tenemos el total pero no qué proporción pertenece a cada tejido. Un kilo de músculo pesa lo mismo que un kilo de grasa, pero ocupa muchísimo menos volumen (mayor densidad). Esto hace que, aunque la báscula nos dé el mimo dato numérico, la composición corporal y el volumen del individuo sean muy distintas. 

La inclusión de ejercicios de fuerza nos ayudará a generar masa muscular, tejido metabólicamente activo, y aunque no hayamos perdido peso, la cantidad de kcal que consumimos a lo largo del día será más elevada. Cuanto mayor sea la proporción de músculo frente a grasa, más kcal consumirá nuestro cuerpo estando en reposo.

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También debemos tener presentes los cambios hormonales. Como norma general, antes de la menstruación, el cuerpo femenino sufre una serie de procesos bioquímicos que favorecen la retención de líquidos, con el consiguiente aumento de peso.

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La obsesión por el chute de felicidad.

     Cuando nos embarcamos en un proceso de pérdida de peso, que remos ver resultados lo más rápido posible. Queremos estar seguros de que nuestros esfuerzos están siendo útiles y empezamos a pesarnos más a menudo, incluso todas las mañanas… Y habrá días en los que existan pérdidas de peso más altas, otros más bajas y otros, incluso, subidas. Al final lo que conseguimos es que lo días en los que no hemos perdido nada o hemos ganado algo, estemos de peor humor, comamos peor, nos desmotivemos y acabemos perdiendo las ganas de continuar.


En mi opinión, pesarse a diario, lleva a la mayoría de personas a un estado de ansiedad (por ver los resultados cuanto antes) , frustración (por no comprender que no sólo la comida y el ejercicio influyen en nuestro metabolismo; el estado de ánimo, el estrés y dormir poco también son factores a tener en cuenta) y en última instancia, abandono del proyecto.

Ningún dato aislado tiene valor por sí mismo en lo que a medidas corporales se refiere. Hay que recoger diversas mediciones que ayudarán a sacar una conclusión global más cercana a la realidad.

Para ello debemos acudir a un profesional que recoja todos estos datos necesarios para la estimación y su interpretación profesional. Además de los parámetros físicos, se tomarán datos bioquímicos en forma de analíticas de sangre, orina u otros.

Por todas estas razones, recomiendo no utilizar demasiado la báscula en casa, porque como ya hemos visto, los datos que nos arroja no son útiles de manera aislada.

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